La rareza es muy relativa; lo que en un lugar pueden ser setas raras, en otros lugares del planeta se pueden considerar setas frecuentes.
Así el exquisito Boleto loyo frecuentísimo en Chile y muy cosechado para consumo, si lo encontráramos en España sería una cosa rarísima.

Boletus loyo
Y es que este hongo está allí porque, al igual que sucede con plantas y animales, muchas especies tienen delimitadas su región de aparición.
Si bien el boleto loyo no se ha encontrado en España (que yo sepa), en Europa Boletus regius es una especie frecuente en la provincia de Palencia. Sale en época de calor y humedad: a finales de primavera, verano y principios de otoño.
Curiosamente está metida en la lista roja de protección de hongos de Europa y también en la Lista roja de hongos a proteger en España, pero aquí es bastante abundante.

Boletus regius
La rareza de un hongo también puede deberse a que fructifican sólo un corto periodo de tiempo y una vez al año. Sólo cuando se dan condiciones específicas de humedad, luz, la temperatura.
Así Gyromitra gigas aparece únicamente unos días de primavera, siendo imposible de encontrar el resto del año.
Y es posible que el hongo sea abundante, que el micelio que esté en el suelo ocupando mucho terreno, pero sólo decide fructificar en un corto tiempo que impide que lo encontremos. Esto le convertirá en una especie rara.

Gyromitra gigas
Otro cosa que hace que algunos hongos sea muy raros es que el sustrato donde aparecen es muy raro.
La inconfundible Poronia puncatata es rara porque ya casi no hay caballos silvestres en el campo. Debido a que la seta aparece sobre excremento de caballo, si no hay excremento, no hay seta.

Poronia punctata
Otro ejemplo es Onigena corvina, que crece en picos de pájaros muertos, lana de oveja (restos de la caza de un lobo) o regurgitados de aves rapaces (egagropilas).

Onygena corvina
Aquí tienes mis “cromos de setas” poco frecuentes que he encontrado en el campo los últimos 2 años, que es cuando me he puesto a filmar videos en serio. Espero que te gusten.